Inauguración de «Anomia» de Rosa Úbeda. Venres, 13 de maio, 19.00h. Fundación Laxeiro, Vigo
Exposición titulada «Anomia» de Rosa Úbeda que inauguramos o venres, 13 de maio a partir das 19.00h.
La exposición se articula a partir de una selección de obras de diferentes etapas, en un proyecto comisariado por Javier Pérez Buján, centrado en la obra pictórica de gran formato, que pretende dar visibilidad a una de las trayectorias más sólidas y no lo suficientemente reivindicadas, de la pintura en Galicia de los últimos quince años.
Anomia se ofrece al público con una intención de liberación de las reglas que, por un lado, rigen nuestra vida y por otro lado, rigen también las normas del lenguaje que cimentan las relaciones sociales y el ordenamiento del mundo. A partir de esta ausencia de reglas, la exposición va introduciéndonos en una serie de relatos que hablan de cuestiones como la identidad, el deseo, el miedo y la dificultad de comunicación, con las relaciones personales como hilo conductor.
El relato de Rosa Úbeda, a veces dramático y a veces divertido, se va articulando en un continuo que descubre temores y fantasías comunes, tratados desde la extrañeza de quien aborda la problemática de la socialización desde l conflicto de la inevitable interacción con el otro y, a la vez, de su necesidad.
La idea de límite es otro hilo conductor que nos ayudará a entender este trabajo, el límite que traza la diferencia entre la comunicación y la incomunicación y que es utilizado también en la resolución plástica de cada una de las obras que forman la exposición. Rosa Úbeda yuxtapone lenguajes y técnicas con gran eficacia, utilizando masas de color, textos fragmentados, dibujos sobre papel, pegados sobre la superficie pictórica o realizados directamente sobre manchas de acrílico, en una interesante tensión entre una concepción abstracta de la composición y la necesidad de la utilización de recursos figurativos para componer su relato.
Con esta compleja sintaxis, Rosa Úbeda ordena un personal léxico a partir de un aparente caos comunicativo en el que, una vez que nos adentramos, todo se nos desvela como fácilmente entendible. La composición cromática, a veces llamativa y a veces de una gran austeridad, funciona perfectamente como soporte para sus personajes, dibujados a partir de una desnudez en el trazo que refuerza esa desnudez existencial, esa fragilidad con la que Rosa presenta al ser humano, en una continua contradicción (la cálida intensidad del cromatismo y la austeridad del dibujo) que ilustra de forma precisa la contradicción entre la prodigiosa existencia del mundo y la incertidumbre de nuestro destino.