Junto con el gazpacho y el salmorejo, el ajoblanco es otro de esos ‘clásicos’ imprescindibles dentro del apartado de sopas frías, tan propias de los meses estivales. De origen humilde, esta sabrosa receta (entre cuyos ingredientes no faltan el ajo, las almendras, el agua, el aceite o el pan) es, además de refrescante, muy sencilla de elaborar. Si sigues los pasos que te proponemos a continuación, tendrás listo tu ajoblanco ¡en un ‘abrir y cerrar de ojos’!
Ingredientes: (para unas 6 raciones):
-200 g de almendras
-1 diente de ajo
-uvas moscatel
-100 g de pan del día anterior
-8 c.s. de aceite de oliva virgen extra
-40 ml de aceite de oliva refinado
-2 c.s. de vinagre de Jerez
-sal
-pimienta negra
-750 ml de agua fría
Elaboración:
- Poner el pan en remojo en 750 ml de agua fría.
- Pelar el ajo, retirar el germen central y trocearlo.
- Echar en el vaso de un robot de cocina o de una batidora: 150 g de almendras, 6 c.s. de aceite de oliva virgen extra, el vinagre y una pizca de sal y de pimienta recién molida.
- Incorporar el pan con su agua y triturar durante 2 minutos, hasta obtener una crema líquida, uniforme y blanca.
- Freír las almendras en una sartén antiadherente con el aceite de oliva refinado. Escurrir sobre papel absorbente y reservar.
Presentación:
- Repartir el ajoblanco en cuencos individuales y decorar con las almendras fritas y las uvas moscatel.
- Rociar con el aceite virgen extra restante y proceder a servir.
Consejo:
Unas tiritas de jamón ibérico de Los Pedroches o de mojama serán un excelente acompañamiento para este ajoblanco.